¿Cómo saber si mis padres abusan psicológicamente de mí?
– Resaltan continuamente sus debilidades. – Tratan al niño con indiferencia, ignorando o dejando de hablar al niño sin motivo aparente para hacerlo. – Le llaman la atención delante de otras personas para que se sienta avergonzado. – Invalidan continuamente sus sentimientos.
¿Cómo son los hijos de padres abusivos?
Los padres emocionalmente abusivos realizan siempre comentarios negativos acerca del aspecto de sus hijos, su peso, su comportamiento o su personalidad. Con la sinceridad como bandera, profieren críticas que dañan la autoestima. Dicen hacerlo por el bien de los menores, para animarles a cambiar.
¿Qué hace toxicos a unos padres?
Estas son las señales que indican que tienes una relación tóxica con tus padres: Utilizan el chantaje emocional para controlar tus acciones. Tienen necesidad de control sobre toda tu vida. Sus reacciones son, con frecuencia, exageradas.
¿Qué es un padre castrante?
Estos padres supervisan la vestimenta de sus hijas, las amistades, los compañeros de escuela o de trabajo, el uso de sus redes sociales, el tipo de contacto que tienen, se vuelven un tormento y una pesadilla para las hijas que no logran entender el porqué de la conducta castrante del padre.
¿Cómo es una madre abusiva?
Se puede decir que una madre es emocionalmente abusiva cuando utiliza a sus hijos para satisfacer sus propios vacíos emocionales. Cuando piensa que sus hijos no son seres humanos independientes, sino que existen para compensarlas a ellas por lo que perdieron o no tuvieron
¿Cómo se le dice a un niño que no tiene papá?
Un huérfano (del griego ὀρφανός) (en Sudamérica guacho) es un niño cuyos padres están ausentes, muertos, o los abandonaron.
Al hablar de abuso de padres a hijos normalmente lo que más rápido viene a nuestra cabeza es la idea de abuso físico, es decir, automáticamente pensamos en aquellos padres que ejercen su superioridad y poder sobre sus hijos mediante conductas agresivas (pegar, gritar, insultar, etc.).
Pero, existe otro tipo de abuso mucho más sutil pero no por ello menos doloroso que es el llamado abuso emocional de padres a hijos. Y, por desgracia, ocurre con frecuencia en muchos hogares.
Cómo son los padres que abusan emocionalmente de sus hijos
No ofrecer a nuestros hijos apoyo emocional, seguridad, amor o cuidado, también se considera un tipo de abuso. A los padres que abusan emocionalmente de sus hijos también se les conoce como “padres tóxicos”.
– Humillan, desprecian o ridiculizan todo aquello que hace el niño.
– Resaltan continuamente sus debilidades.
– Tratan al niño con indiferencia, ignorando o dejando de hablar al niño sin motivo aparente para hacerlo.
– Le llaman la atención delante de otras personas para que se sienta avergonzado.
– Invalidan continuamente sus sentimientos.
– Responsabilizan o culpan al niño de los sentimientos del padre o de la madre (“tú has sido el culpable de que tu padre se haya enfadado” o “estoy triste por tu culpa”, “tu madre y yo vamos a separarnos por tu culpa”.).
– Chantajean emocionalmente al niño para conseguir sus objetivos.
– Hacen uso con frecuencia del victimismo para atrapar al niño en sus redes (“si te vas con tus amigos me vas a dejar sola toda la tarde”).
– Juzgan o critican a las amistades del niño con frecuencia.
– No apoyan las decisiones que el niño toma.
– No dan valor ni reconocen los éxitos que el niño va alcanzando.
– Invaden su privacidad (leen su diario, registran sus cosas, cuentan cosas íntimas del niño a otras personas, etc.).
El bienestar emocional del niño se ve fuertemente debilitado cuando sus padres, que deben ser la fuente de la cual el niño recibe protección, afecto, cariño, aprobación y reconocimiento, abusan de ellos emocionalmente.
A continuación, se detallan las consecuencias más sobresalientes que los niños sufren cuando sus padres abusan de ellos emocionalmente:
Consecuencias del abuso emocional de padres a hijos
– Baja autoestima.
– Autoconcepto negativo.
– Inseguridad.
– Dificultad para establecer vínculos de intimidad con las personas de su entorno.
– Dificultad para relacionarse con otros niños.
– Comportamiento pasivo.
– Ansiedad.
– Sentimientos de tristeza.
– Problemas de conducta.
El maltrato emocional anula la personalidad del niño y le lleva a sentirse despreciado, acusado, ignorado, vigilado y asfixiado por las continuas exigencias que recibe por parte de sus padres.
Y, aunque resulte difícil creer, a menudo los padres que abusan emocionalmente de sus hijos ni siquiera son conscientes de las graves consecuencias que puede tener su conducta sobre la salud mental de su hijo.
Normalmente justifican su actuación por el mal comportamiento del niño e incluso son ellos los que se ven como maltratados. Pero, esta circunstancia no les exime de su responsabilidad. Es necesario que los padres tomen conciencia de su comportamiento y de la repercusión negativa que tiene sobre el niño. Aunque, en la mayoría de las ocasiones, a los padres que abusan emocionalmente de sus hijos les cuesta aceptar que son ellos los que sin querer están causando un daño emocional a sus hijos.
¿Qué características y comportamientos tienen unos padres emocionalmente abusivos?
Padres emocionalmente abusivos
Ser padre y madre no sólo significa engendrar un hijo, sino que también implica enseñarle estrategias y herramientas claves para enfrentar el mundo, para lograr lo que se propone, para solventar conflictos, para relacionarse, etc. Por este motivo, teóricamente la familia es la responsable de entregar amor, valores, educación y conocimientos básicos para la vida.
Sin embargo, con los años, la relación paterno-filial se torna difícil e incluso conflictiva. Tradicionalmente se ha puesto la “lupa” en la actitud del hijo infante o adolescente para explicar las relaciones negativas y la complicada convivencia entre padres e hijos. Actualmente hay numerosos estudios que evalúan qué papel tienen los padres en este conflicto, y se ha valorado cómo la actitud de algunos padres es también perniciosa, no sólo para la relación entre ellos, sino también para la autoestima y la salud mental de sus hijos en la edad adulta. Concretamente, dichos estudios identifican una actitud paternal poco saludable en la que abundan las críticas destructivas, descalificaciones, la manipulación, la victimización, las excesivas exigencias, e incluso la competencia con sus propios hijos. Todos estos comportamientos de los padres hacia los hijos entrañan un abuso emocional en el que sólo son tenidas en cuenta las necesidades de los progenitores, y nunca las de los hijos.
Existen diferentes perfiles de padres tóxicos (emocionalmente abusivos) que aparecen repetidamente:
Padres autoritarios y descalificadores que actúan desde el “yo exijo”, creando así hijos sumisos y excesivamente complacientes. Como adultos, serán hombres y mujeres que tenderán a la complacencia con las figuras de autoridad, obviando incluso sus propias necesidades.
Madres culpabilizadoras que actúan desde el “yo te suplico”, es decir, desde el chantaje emocional, para que sus hijos actúen y tomen decisiones en la vida siempre respondiendo a las necesidades de esta madre. En el futuro, serán personas con probables problemas de pareja, debido a la intromisión periódica de estas madres en sus vidas, siendo complicado crear vínculos afectivos estables.
Madres intrusivas y sobreprotectoras que se niegan a que su hijo o hija crezca. En vez de acompañar su desarrollo, supervisan lo que hacen y cuestionan las decisiones que toman. En la vida adulta, estos hijos suelen presentar un marcado sentimiento de inseguridad.
Madres competitivas respecto a sus hijas, que se instalan en el “yo mejor que tu”, generando sentimientos de inferioridad en la hija.
Padres o madres que ningunean las emociones de sus hijos, minimizándolas, sacándoles importancia, o incluso culpabilizando a los hijos de sentirse de esa manera. Frases como “qué exagerado que eres”, “mira que eres sensible”, “no tienes derecho a quejarte”, ante situaciones legítimamente preocupantes para el hijo, inciden en una baja autoestima en los hijos, puesto que aprenden que lo que ellos o ellas sienten no es importante o inapropiado.
Así mismo, podríamos resumir en un listado general las características y comportamientos del padre o la madre emocionalmente abusiva:
- Hace que el niño o adolescente se sienta responsable de los sentimientos de la madre o el padre.
- Los amenaza con rechazo o abandono, o con consecuencias inespecíficas.
- No protege, no pone límites (hablar mal del padre o de la madre, explicar problemas que el hijo no puede manejar por edad, entrar en detalles de su vida sexual –del padre o de la madre- con el hijo, etc.).
- Invalida los sentimientos de los hijos.
- No tolera las emociones negativas de los hijos.
- Los hace sentir culpables, sin que lo merezcan.
- Los responsabiliza de su malestar.
- Domina las conversaciones.
- Rehúsa disculparse.
- Siempre necesita tener la última palabra.
- Juzga o rechaza a los amigos de los hijos.
- Invade su privacidad.
- Los subestima.
- No muestra confianza en ellos.
- Los «etiqueta».
- Los critica.
- No les habla.
- No les da explicaciones reales.
- El síndrome “Se trata todo de mí” — egoísmo total.
- Negación de la responsabilidad personal por su propia conducta.
- Cuando se le confronta con la verdad, se ve a sí misma como la víctima.
- Las madres abusivas siempre hallarán una “razón” y dirán que ocurrió algo que justifique su manera de actuar — y nunca admitirán que ha sido su culpa.
¿Cómo afecta en la vida adulta haber “crecido” con un padre o una madre tóxica?
Los especialistas aseguran que los hijos de padres tóxicos –emocionalmente abusivos-, en la vida adulta, serán individuos con las siguientes características:
- Baja Autoestima
- Inseguridad personal
- Actitud Sumisa-Pasiva
- Gestión emocional contaminada por la culpa
- Inestabilidad emocional
- Dificultades en las relaciones interpersonales
- Relaciones de pareja dependientes
- Más vulnerables ante la psicopatología (ansiedad y depresión)
Es necesario reflexionar acerca del motivo por el cual algunos padres actúan así, ya que al hablar de los padres tóxicos no sólo se hace referencia al comportamiento de los progenitores hacia sus hijos, sino también al Guion de Vida que estos padres han soportado, es decir las vivencias experimentadas en su propia infancia. Es muy común en la educación la repetición de patrones en este tipo de maltrato psicológico. Así mismo, y siendo justos, también es posible observar todo lo contrario, es decir, la intención de no replicar con los hijos lo vivido por los padres en su infancia.Navegación de entradas